30 de octubre de 2008

La Bella y El Compañerito de Banco

A pedido de una amiga, voy a contar su historia... Media Vida, espero que cumpla el objetivo! Te quiero y a pesar de todo, te banco en esta también!


Lo conocimos en uno los primeros días de clases. Casi de casualidad -habrá quien lo llame destino-pero la realidad es que empezamos a hablar con él porque estaba sentado al lado del "chico lindo" del curso. El Fulanito de esta historia es simpático, extrovertido y bastante entrador. Suele caer bien de una, hasta cara de buen pibe tiene.

Con el correr de las clases se armó el grupete, que consistía en "el chico lindo del curso", "Fulanito", "el pendex", mi amiga y yo. Coincidió que la muchacha y Fulanito eran del mismo barrio, y hasta tenían algún que otro conocido en común. Y mientras yo le hacia ojitos al lindo, el otro comenzó el trabajo fino con mi amiga.

Al principio fue... sutil no es la palabra, porque de sutil no tiene nada, digamos que no era TAN evidente. La halagaba, buscaba la forma de hacerla reír. A veces hasta se ponía formal y le decía que todo lo que sentía por ella era en serio. Yo, que conozco el paño, me la veía venir; así que cuando mi amiga me confesó que Fulanito "le parecía re simpático, y hasta lo veía lindo" supe que la gota había erosionado la piedra. Ella empezó a responder, y en forma directamente proporcional aumentaron los piropos y el endulzamiento de oído. Esta vez de parte de ambos. Hasta acá todo parecía muy bonito: dos chicos jóvenes, que se conocen, se caen bien, se gustan (NdA Siempre odie esa expresión: gusto de vos) y hace un tiempo ya que vienen histeriqueando, ¿el próximo paso? Una salida.

Sin embargo, el tiempo pasaba y Fulanito no concretaba. Y no solo eso, sino que así como quien no quiere la cosa hacía comentarios como: "Igual yo no estoy para nada serio, solo quiero pasarla bien", como dejando en claro sus intenciones, damage control, que le dicen. Pero no aflojaba el chamuyo, y a mi amiga le gustaba cada vez más.

Tras dos largos meses de idas y vueltas-a todo esto la chica ya estaba más enganchada que abrojo en suéter de niño- se materializa la salida. La Lady-in-distress de esta historia volvió víctima de la dicotomía que suele atacarla luego de la primera salida con un chico, y durante los días siguientes tuvimos varias conversaciones parecidas a esta:

Amiga de Lady: Me encanta, es un tierno, super dulce. La pasé bárbaro. No sabés lo que me reí. Aparte besa re bien. Me encantó, no sabés!
Lady: Qué bueno! Me re alegro amiga!
Amiga de Lady: Si, igual no me quiero hacer ilusiones. No me voy a embalar
Lady piensa: (too late) Lady dice: Por?
AdL: Porque viste como soy yo, me engancho de una y después me doy la cabeza contra la pared. Además no sé si le gusto.
Lady: Ay, dale! Si desde que lo conocimos que te tira todos los perros, sabés que le gustas.
AdL: No, que se yo... No me voy a hacer la cabeza
Lady: Si vos lo decís
AdL: Pero te juro que me encanta, no sé. Es como que es otra persona, super tierno, me contó un montón de cosas, la pasamos re bien!
Lady: ...


En la despedida se habían prometido volver a salir en la semana. Pero llegó el día acordado y él no acusó recibo. Ella, tampoco le dijo nada... a él. Y así empezó un juego de tire y afloje que él le decía de verse a último momento, y como ella así no quería decía que no. Después se arrepentía y lo invitaba ella y él se ponía en estrella. Ella lo odiaba, lo etiquetaba de pendejo, de histérico y cuanto mal se le cruzaba por la cabeza, pero bastaba que él le hiciera dos comentarios lindos para que toda la bronca fuera cosa del pasado.
(Acá hago un paréntesis en la historia para aclarar que Fulanito se mandó un par de cagadas conmigo, y con el grupo, una de esas cosas que yo no perdono fácilmente y menos si no me piden perdón. Por ende, el chico ya no me cerraba tanto, y como de afuera veía la actitud que estaba teniendo con mi amiga y ella no notaba, menos que menos. Algo huele a podrido en Dinamarca.)

Volviendo al cuento, mi amiga se estaba cansando de la indecisión, o mejor dicho, de que vía cibernética le prometiera la luna y face to face se hiciera el boludo, y decidió cortar por lo sano. Sólo que él nunca se enteró. Ella empezó a tratarlo con indiferencia, y el saltó como leche hervida. Se empezó a mostrar tierno y vulnerable otra vez. Y la convenció lo suficiente como para robarle un beso una noche a la vuelta de la facultad. Se solicita la presencia de Esperanza e Ilusiones en la cabeza de mi amiga!

Otra vez estaba hasta las manos. Yo, que a esta altura ya tenia el corazón roto, traté de prevenirla. Le dije que a mi no me cerraba él, que tenía muchos mambos propios. Que no era ella, pero que si se seguía enganchando la iba a pasar mal. Ella juraba que cuando estaban solos era otra persona, que era como si hubiera dos Fulanitos. Además, ya había aprendido, no se iba a volver a ilusionar. No es que yo no le creyera, pero no podía dejar de desconfiar. Si el muchacho en cuestión era tan diferente con ella, ¿por qué pensar que el de verdad era el bueno y no el malo? Y por otro lado, era más que evidente que si mi amiga hubiera tenido 15 años en ese momento, habría pasado horas dibujando corazones con las iniciales de ambos.

Pero llegaron las vacaciones, y a pesar de un sinfin de amagues e indirectas, no había pasado nada más. Esta vez sí, era definitivo, no quería saber nada más con él...

AdL: Me cansó, no me voy a dejar boludear más.
Lady: Me parece perfecto.
AdL: La cagada es que lo tengo que seguir viendo en la facu. Encima me habla por msn.
Lady: Y por qué no lo bloqueas?
AdL: Porque no puedo. Pero no me interesa más. Es un estúpido, solo quiere joder y yo no quiero eso. No me sirve. Fue.

Yo sé lo que están pensando, yo también lo pensé. Pero ella de verdad estaba enojada y dolida. Le había lastimado algo más que el ego, y esta convencidísima que no iba a volver a caer...

1 comentario:

Dago dC... dijo...

Ja... tu amiga me hace acordar a mi! jajajaja...